Varios fueron los vecinos que llamaron la atención sobre un dispositivo que se está ofreciendo a través de páginas de compra y venta en la región. Con el tentador título de “baja el costo de la energía”, se promociona un medidor monofásivo 150 Elster. Pero no abunda en muchos más detalles, por lo que la imaginación se echa a volar.

Algunos estiman que puede tratarse de una oportunidad: la posibilidad de bajar el consumo eléctrico en épocas en que las tarifas traen más de un dolor de cabeza, no es poco ahorrarse unos pesos. Otros lo interpretan por “izquierda”: si se instala en paralelo al medidor, podremos bajar el ritmo de consumo. En este caso, ninguna de las dos hipótesis es la correcta. Se parece más a una variante del “cuento del tío”. Y para eso, una parte debe ser verdad.

El aparato existe y se comercializa en diversas casas de electricidad especializadas: sirve para medir los consumos activos (los que efectivamente gastamos), y los reactivos (el que origina el “arranque” de un sistema). La gran pregunta: ¿sirve para disminuir los costos de un hogar? Negativo: no mide la eficiencia del aparato utilizado sino el consumo.

Para poder comparar su resultado con el del medidor oficial de Edersa, sería necesario realizar la lectura en el mismo momento en que pasa el “toma estado” de la empresa, lo que le agregaría una dosis de dificultad.

Y desde Edersa le agregan otra cuestión: si el “toma estado” – la persona que recorre los medidores para constatar la medición -, se encuentra con un dispositivo no homologado por la empresa, sea el medidor o algún otro artefacto – debe pasar el antecedente a la división de Seguridad Pública, Hurto y Fraude. Si constata alguna irregularidad, pasa al juicio por fraude.

Para complicar: a partir del 1 de octubre, las empresas Edenor y Edesur están facultadas por la secretaría de Energía nacional para multar a los clientes que no adapten sus instalaciones “al nuevo factor de potencia”, quienes deberán “contar con medidores que registren la energía reactiva”.

Esta medida tiene como objetivo incentivar el uso eficiente y racional de la energía eléctrica y evitar la sobrecarga en la red, pero es solo para grandes consumidores. No alcanza a usuarios residenciales monofásicos como casas o departamentos.