Imágenes de abuso sexual infantil: José Álvarez estará detenido en una comisaría hasta tanto logre una vacante en un penal
En el contexto de la reciente condena a José Álvarez, un vecino de Cipolletti sentenciado a seis años de prisión por tenencia y facilitación de material de abuso sexual infantil, su abogado defensor, Luis Tapia, brindó detalles sobre el proceso judicial y las implicancias de la sentencia.
El miércoles pasado, Álvarez aceptó su responsabilidad y, mediante un reconocimiento de los hechos, acordó la pena en un juicio abreviado para evitar un fallo aún más severo. Al respecto, el abogado Tapia explicó que la aceptación de los hechos fue clave para reducir la condena, pues, de haber continuado con el proceso completo, podría haber enfrentado una pena mayor.
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Según Tapia, el servicio penitenciario provincial no cuenta con programas de tratamiento específicos para quienes han cometido este tipo de delitos. Durante el tiempo en que estuvo en libertad y aguardando el juicio, asistió a grupos de adictos al sexo, pero esta asistencia no continuará en su reclusión. El abogado defensor manifestó su preocupación por la falta de apoyo psicológico, que considera esencial para abordar este tipo de compulsiones.
Otro de los aspectos que inquieta al entorno del acusado es su seguridad dentro del penal. Este tipo de condenas suele conllevar riesgos para los internos, quienes en ocasiones enfrentan hostilidad por parte de otros reclusos. Tapia explicó que intentará asegurar su aislamiento en pabellones destinados a ofensores sexuales para minimizar posibles agresiones. “La idea es que esté en un sector separado de la población general por su propia seguridad”, indicó.
El acceso a la tecnología en prisión: un punto de controversia
Respecto a las condiciones de su reclusión, Tapia aclaró que, aunque los jueces no establecieron pautas específicas de restricción tecnológica, en la práctica, el acceso a dispositivos con internet es mínimo en el servicio penitenciario, por lo que no tendría acceso a material inapropiado. “El tiempo que lo traté lo vi como una persona enferma, pero entiendo que esa condición no puede justificar el daño a otros”, admitió Tapia, agregando que su papel como defensor se basó en asegurar el respeto a las garantías constitucionales de su cliente durante el proceso judicial.
«En este momento hay un colapso bastante importante en todas las cárceles de la provincia, y él está en comisaría. Va a estar en comisaría hasta que se cree una vacante. La fiscal creía que la vacante iba a ser creada en el penal en el de Cipolletti, pero bueno, yo voy a intentar que sea en el de Viedma, que es uno que tiene mayores previsiones en cuanto a este tipo de gente» aseguró.